viernes, 2 de mayo de 2008

"Inmediatez, Mimo y Desencanto"

Reflexión de la clase de hoy.

«hemos
conquistado la realidad y perdido
el sueño. Ya nadie se tiende bajo un
árbol a contemplar el cielo a través
de los dedos del pie, sino que todo
el mundo trabaja» (Musil, 1993:48).


Tal vez es verdad que actualmente vivimos bajo la cultura de la “inmediatez”. Vivimos para el presente y nos olvidamos de que existe un futuro. Nos hemos hecho “comodinos” y buscamos siempre lo más fácil y lo más rápido; siendo víctimas del presentismo y fomentando el consumismo. ¿Por qué? ¿Por qué no dejar a un lado esta cultura vacía y proponernos ser más reflexivos, autocríticos y analíticos?

Esto me lleva a otro de los puntos a tratar: el mimo. ¿Será que estamos tan mimados, tan consentidos que evadimos cualquier situación que implique mayor tiempo o esfuerzo?

Actualmente, formamos parte de una sociedad consumista. Estamos invadidos de publicidad y mercadotecnia con anuncios que nos prometen “hacernos la vida más fácil”.

El hombre siempre busca la forma más cómoda para vivir. Entiendo que es obvio que a nadie nos gusta sufrir; sin embargo, siento que de cierta forma se han sobrepasado los límites. Hoy en día se puede conseguir lo que sea para ahorrarnos tiempo y esfuerzo: el internet (no evitamos ir a bibliotecas), celulares con cámara, todo tipo de comida rápida, y una serie de productos que te ofrecen en CV Directo. Existe el mercado que está para “mimarnos”, por supuesto a cambio de su beneficio económico”, que continua creando productos tan prácticos y tan cómodos que todos queremos correr a comprarlos.

Otro aspecto relacionado con esto, es la televisión abierta actualmente; en específico la cuestión de las telenovelas. Tenemos que se siguen creando telenovelas con la misma trama de toda la vida: la mujer buena, inocente y pobre, que se enamora del rico, guapo y perfecto que es acosado por la guapa, mala y ambiciosa. ¿Y qué sucede? Que parece que mientras más se acerca a este formato, más rating tiene; el punto es que creo que puede ser porque a la gente le resulta más fácil y más cómodo.Aquello que implique ponerle un poquito más de atención, ya no les gusta; tal vez porque tienen su mente en mil cosas más, o simplemente porque les parece aburrido. Ellos prefieren aquello que ya conocen; aquello que si se distraen un momento, no pierden el hilo de lo que ocurre; aquello cien por ciento predecible.
Ahora bien, no obstante es maravilloso vivir más fácil, también –según mi manera de ver las cosas- implica un “desencanto”. Todo lo anterior, lo creado para la comodidad, nos hace olvidarnos de que existe un mundo natural. Todo aquello pierde su encanto si nos ponemos a pensar en que nos hemos convertido en máquinas fabricadas, que a su vez utilizan y viven de otras máquinas también fabricadas; ¿dónde estamos nosotros, en espíritu y esencia?. Después, ¿dónde está el encanto de la contemplación? No entiendo por qué queremos vivir rápido, correr sin antes caminar. Existe todo un universo de pensamientos y de cosas físicas por descubrir y conocer.

Tenemos que dejar a un lado toda esa comunicación vacía; dedicarnos contemplar el mundo, analizarlo, criticarlo, descubrir. No dejarnos llevar por la comodidad y el conformismo.

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